miércoles, 7 de abril de 2010

Preparandome para el cambio de decada






A pocos días de cumplir años, no puedo evitar caer en cuenta que este será el último años de mis treinta y que hay que vivirlos al máximo.
No se si esta sensación viene por la cercanía de cambio de década en mi vida
o si será la retrospectiva diaria que de un tiempo a esta parte me ha dado por hacer, es que ademas vamos ya por el diez por ciento de un nuevo siglo y se hace inevitable ir atando historias y deseos, evaluando metas cumplidas y pensar en aquellas que ni siquiera estoy cercana a cumplir, y por supuesto ver el presente y planificar el futuro, todos los caminos me llevaron hasta la única e inevitable verdad, urgen los cambios.
Cada vez que llegó un nuevo decenio de mi vida hay cambios pequeños o un cambio inmenso, cuando entre en los diez, llego la adolescencia con todos sus rollos, luego llegaron los veinte, las responsabilidades: el trabajo y los estudios, además de los sapos (que hubo que besar para encontrar el pricipe azul jaja) y las rumbas, al final de estos años me convertí en una flamante profesional de la administración, conocí el AMOR, al principe de mi vida y me casé, entrando en mis treinta estaba realizada, feliz y estrenando cambio total hasta el siglo cambio. Acompañada de fe, esperanza, un mundo de ilusiones, muchas metas por cumplir, quien no, con este panorama que me quedaba, solamente pensar en un futuro cierto y lleno de crecimientos, en un país con conflictos pero con mucha gente que quería hacerlo grande.
Pero esta etapa, vino acompañado de un detallito, la llegada a conducir los rumbos de este país un gobierno con ideales comunistas (no soporto ni la música de protesta, así que por allí hay que darse una idea) y de militares golpista frustados.
Siempre mantener viva la fe y la niña que llevo dentro, me permitió, seguir creciendo por donde pude, en un país que comenzó como el cangrejo a caminar para atrás. Sin embargo como venezolanos al fin, fuimos optimista y con esperanzas de que todo tendría un buen final , pesando en positivo, decidimos tener dos bellos niños, con mucho esfuerzo y lucha, compramos nuestra segunda casa, y tratamos de seguir nuestra vida sin que la política, los rumores, los cuentos de pasillos nos atemorizaran o afectarán nuestras ganas de “echar pa´lante” y seguir trabajando para que nuestro país saliera a flote y nuestros hijos crecieran aquí.
En mi retrospectiva diaria me quede pegada en algunos momento de las situaciones presente, pero cuando deje lo cotidiano y uní la historia y el presente, la senda quedo clara, que susto cuando salí un día y me a sentí tan extraña, tan distante en las calles, las avenidas, en la vía de esta la que siempre ha sido mi ciudad, un motorizado me doblo el retrovisor y le pedí disculpa para no tener problemas, trate de hacer mercado y compre lo que había (no leche, no azúcar, no harina para arepas), llego el recibo de la electricidad con una multa por no cumplir con el ahorro energético (el calor era inhumano en esta época y prendimos el aire varias veces), la semana santa se extendió y cerraron negocios, empresas, comercios para evitar un caos eléctrico (y la gente se fue de rumba), cuando lave y tuve que literalmente usar el paquete completo de jabón para tratar de eliminar el olor a tierra, no entendía que pasaba y no logre que oliera mejor, me fui a bañar (no lo hice con totuma como ordeno el presidente), entonces entendí que el agua olía a tierra a lodo ... Cuando mi pequeña Andrea apuro a su hermano para montarnos en el carro porque nos podían robar y él le dijo con resignación ¡!!!!esta bien¡¡¡¡¡. Fue definitivo urge el cambio, ya no se puede tapar el sol con el dedo. La sensación de estar en un sitio a donde no perteneces me embargo.
Me plantee alguna vez vivir la vejez en el exterior pasar 6 meses aquí y seis meses en una casita azul con un faro en un pueblo bien frio y ponerme mil cobijas encima, es decir de retiro pues, viejos jubilados y de vacaciones, pero no estaba dentro de mis planes para mis años todavía productivos convertirme en la extranjera, la inmigrante de algún país del mundo cuyas costumbres desconozco, cuya cultura sea ajena, cuya historia no me sepa, quizás dividan distinto y mi carrera quede en el olvido y deba practicar cualquier oficio (honesto y decente), pero nuestros pasos son “pa´lante” y no para atrás, y el para adelante no es aquí. Seguro no será mañana, quizás ni en un mes, ni en seis, pero desde ya trabajo en buscar opciones no de país porque esas hace un rato las establecí (porque uno siempre tiene un plan B, C , etc), pero si de opciones escolares, de vivienda, de trabajo, de salud y de vida… Si la realidad puede mas que la esperanza, este si será un gran cambio.
Hasta la próxima…
Creado por Ariadna Bouquett M.